sábado, 7 de noviembre de 2009

A 20 años: ¡el Muro de la vergüenza ha caído!

Vivía en España cuando Europa del Este, ansiosa de libertad, derribaba el muro de la vergüenza que había sometido y dividido a Alemania durante años.
Las noticias se repetían al son del vértigo de los acontecimientos; repentinamente, cientos de alemanes con la sola fuerza de ese espíritu reprimido por el comunismo, hacían caer el símbolo de la opresión humana que había desgarrado a tantas familias, que había dividido esperanzas, que había conculcado libertades esenciales del ser humano, que había ocultado los crímenes que se producían, hasta entonces, detrás de la cortina de hierro.
Muchos perecieron bajo el yugo totalitario del comunismo aunque los Medios de Comunicación Social hubieran y hayan negado las denuncias que, sistemáticamente, se producían.
A la luz de los años seguimos corroborando que tiene más eco en la prensa denunciar los abusos del totalitarismo llamado de “derechas” cuando, en rigor de verdad, el sólo hecho de conculcar la libertad de cualquier individuo, en cualquier país que sea, debería ser razón suficiente para denunciarse.
Pero la historia de los perseguidos por los regímenes comunistas siempre ha sido tratada con una “deferencia” particular.
Tanto es así que, quien escribe este artículo y habiendo asistido a la Asamblea de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, no puede olvidar cuando, en plena sesión y ante la denuncia de violaciones a los derechos fundamentales de un ciudadano chino de la Plaza de Tienanmen, el propio gobierno de ese país lo amenazó diciéndole “que cuando saliera del recinto lo iban a matar”.
Sin embargo y para mi “sorpresa”, nadie levantó la voz para censurar este nuevo atropello del gobierno chino que se producía ante las miradas cómplices de embajadores, representantes de “afamadas” ONG, etc.
El tema de China será materia de otro artículo.

Desde Opiniones de Periodistas creemos que ha sido un hecho relevante en la historia contemporánea la Caída del Muro de Berlín.
Quienes tuvimos la dicha de asistir a semejante hito en favor de la libertad, y luego de transcurridos 20 años, no podemos menos que dedicar unas líneas y congratularnos con el pueblo alemán, protagonista de esta gesta libertaria. Así como tampoco podemos dejar de elevar un pensamiento profundo de reconocimiento por los millones de mártires del comunismo para quienes la historia, aún no ha hecho justicia.
El muro de la vergüenza ha caído; sin embargo aún persisten los nostálgicos de esta filosofía anti-libertaria y fundamentalmente, anti-humana.

No hay muro que contenga las ansias de libertad del espíritu humano; no hay prensa que pueda acallar las voces de sus corazones.
La libertad es intrínseca al ser humano y no existe forma ideológica o moral de censurarla; existe sí la omnipotencia de algunos que se creen iluminados con el don de controlar la vida ajena y de planificar sus acciones.
Por todos los que aún sufren el yugo del totalitarismo comunista; por quienes padecen un Estado que dirige sus vidas con intereses que atentan contra el Ser Humano, decimos, ¡el muro de la vergüenza ha caído!

¡Libres del mundo, uníos!

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