Dentro del clima de hostilidades que se vive en la Argentina, las recientes declaraciones de Maradona respecto de la clasificación al mundial, no constituyen ninguna novedad. Sin embargo, no podemos dejar de destacar que las mismas son, en sí mismas, no sólo una vergüenza sino un despropósito.
No sólo por la falta de educación al referirse en los términos que lo ha hecho sino porque como se viene haciendo últimamente en nuestra sociedad, se buscan chivos expitarios para justificar la falta de autocrítica de los "referentes" nacionales. (políticos, deportivos, sociales, culturales, etc)
Estamos padeciendo una situación patoteril en nuestro país donde, desde el nivel institucional más alto para abajo, se remite al uso de palabras más cercanas a los discursos de barricadas que a procurar aplacar los ánimos, la cual debería ser la premisa fundamental.
Argentina está exacerbada y se vive con la permanente sensación de que un fósforo va a encender una pequeña mecha que hará saltar todo por los aires.
Hay conflicto en todos los ordenes de la sociedad y el fútbol no está al margen.
No es la cordura la sensación que reina en el país; antes bien, se arremete contra todo y contra todos "los que no están de este lado".
Creemos que es neesario y un deber frenar esta embestida porque los perjudicados seremos nosotros, los argentinos, con este nuevo ataque de prepotencia y violencia verbal.
Dejemos que las pasiones se desaten libremente en reductos privados; estos comportamientos irracionales no conducen a nada excepto a generar vergüenza ajena en quien los escucha.
Aprendamos a respetar a través del disenso sin humillar, ofender, agraviar o atacar al otro.
Sólo el diálogo sereno y el reposo sosegado de las ideas nos van a permitir crecer a pesar de la adversidad.
Maduremos !
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